a  20 de mayo

Tértiodécimo Kaléndas iúnii. Luna:

martirologio 05 20

San Bernardino de Siena, presbítero de la Orden de los Herma- nos Menores, quien, con la palabra y el ejemplo, fue evangeli- zando por pueblos y ciudades a las gentes de Italia y difundió la de- voción al santísimo Nombre de Jesús, perseverando infatigablemen- te en el oficio de la predicación, con gran fruto para las almas, hasta el día de su muerte, que ocurrió en L’Aquila, del Abruzo, en Italia (1444).

2.      Conmemoración de santa Lidia de Tiatira, vendedora de púrpura, que fue la primera que creyó en el Evangelio en Filipos, en Macedonia, cuando lo predicó el apóstol san Pablo (s. I).

3.      En Ostia Tiberina, santa Áurea, mártir (s. in.).

4.      En Nimes, en la Galia Narbonense, san Baudilio, mártir (s. in.).

5.      En Egea, de Cilicia, san Talaleo, mártir (s. III).

6*.    En Cagliari, en la isla de Cerdeña, san Lucífero, obispo, el cual, va- liente defensor de la fe nicena, sufrió muchas persecuciones por parte del emperador Constancio, siendo enviado al exilio, y al volver a su sede murió como confesor de Cristo (370).

7*.    En Toulouse, en la Galia Narbonense, san Hilario, obispo, que levantó una pequeña basílica de madera sobre el sepulcro de san Saturnino, su pre- decesor (c. 400).

8.      En Bourges, en Aquitania, san Austregisilo, obispo, quien se entregó como ministro de caridad, sobre todo entre los pobres, los huérfanos, los enfermos y los condenados a muerte (c. 624).

9.      En Brescia, en Lombardía, san Anastasio, obispo (s. VII).

10.    En Pavía, también en Lombardía, san Teodoro, obispo, que padeció el exilio durante la terrible guerra entre francos y longobardos (c. 785).

11*.  En Castagneto, en la Toscana, beato Guido de Gherardesca, ermitaño (c. 1134).

12*.  En Perugia, de la Umbría, beata Columba (Ángela), virgen de la Peni- tencia de Santo Domingo, que trabajó por la pacificación de la ciudad, la cual estaba dividida en bandos (1501).

13*.  En Seúl, en Corea, san Protasio Chong Kuk-bo, mártir, que volvió de nuevo a la fe cristiana que había abandonado anteriormente y la profesó has- ta la muerte en la cárcel, que le causaron en medio de crueles torturas (1839).

14*. En el pueblo de Botticino Sera, cerca de Brescia, en Italia, beato Ar- cángel Tadini, presbítero, quien se dedicó a trabajar con empeño por los derechos y la dignidad de los obreros y fundó la Congregación de las Her- manas Obreras de la santa Casa de Nazaret, dedicada principalmente a la justicia social (1912).

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