Miercoles de ceniza
 
HORA TERCIA
 
Hymnus: Nunc Sancte nobis
NUnc Sancte nobis Spíritus, Unum Patri cum Fílio Dignáre promptus íngeri Nostro refúsus péctori.
2. Os, lingua, mens, sensus, vigor, Confessiónem pérsonent, Flamméscat igne cáritas, Accéndat ardor próximos.
3. Praesta, Pater piíssime, Patríque compar Unice, Cum Spíritu Paráclito, Regnans per omne saéculum.
Amen.
hy nunc sancte nobis in feriis per annum solesmes 1961
 
Antiphona: Deus adjuvat me
DEus ádjuvat me, * et Dóminus suscéptor est ánimae meae.
an deus adjuvat me solesmes
 
Responsorium breve: Sana animam meam
SAna ánimam meam, * Quia peccávi tibi.
V/. Ego dixi : Dómine, miserére mei. Glória Patri, et Fílio, et Spirítui Sancto.
rb sana animam meam solesmes 1961
 
Antiguamente: Al finalizar la hora tercia, antes de la misa, las cenizas son bendecidas por el celebrante de la siguiente manera.
El coro canta primero la siguiente antífona.
 
Antiphona: Exaudi nos Domine
EXáudi nos * Dómine, quóniam benígna est misericórdia tua : secúndum multitúdinem miseratiónum tuárum réspice nos, Dómine.
Ps. Salvum me fac Deus : quóniam intravérunt aquae * usque ad ánimam meam.
an exaudi nos domine solesmes
 
Antiguamente: Después de poner incienso en el turíbulo, el Celebrante asperja las cenizas tres
veces con agua bendita, mientras recita en recto tono la antífona Asperges me.
a la que no se le añade el salmo. Luego inciensa las cenizas tres veces.
Durante la imposición de las cenizas, el coro canta:
 
Antiphona: Immutemur habitu
IMmutémur * hábitu, in cínere et cilício : jejunémus, et plorémus ante Dóminum : quia multum miséricors est dimíttere peccáta nostra Deus noster.
an immutemur habitu solesmes
 
Antiphona: Juxta vestibulum
JUxta vestíbulum * et altáre plorábunt sacerdótes et levítae minístri Dómini, et dicent : Parce Dómine, parce pópulo tuo : et ne díssipes ora clamántium ad te, Dómine.
an juxta vestibulum solesmes
 
Responsorium: Emendemus in melius
Emendémus * in mélius, quae ignoránter peccávimus : ne súbito praeoccupáti die mortis, quaerámus spátium paeniténtiae, et inveníre non possímus. * Atténde Dómine, et miserére : quia peccávimus tibi.
V/. Adjuva nos, Deus salutáris noster : et propter honórem nóminis tui, Dómine, líbera nos.
re emendemus in melius solesmes
 
 
MISA
 
Antífona de entrada: (Sb 11, 24. 25. 27)
Te compadeces de todos, Señor, y no odias nada de lo que has hecho; cierras los ojos a los pecados de los hombres para que se arrepientan y los perdonas, porque tú eres nuestro Dios y Señor.
 
Introitus: Misereris omnium
MIseréris * ómnium, Dómine, et nihil odísti eórum quae fecísti, dissímulans peccáta hóminum propter paeniténtiam, et parcens illis : quia tu es Dóminus Deus noster.
in misereris omnium solesmes
 
 
Oración colecta:
Señor, fortalécenos con tu auxilio
al empezar la Cuaresma,
para que nos mantengamos en espíritu de conversión;
que la austeridad penitencial de estos días
nos ayude en el combate cristiano
contra las fuerzas del mal.
Por nuestro Señor Jesucristo
 
Primera Lectura:
Rasgad los corazones y no las vestiduras
 
Lectura de la profecía de Joel 2, 12-18
«Ahora —oráculo del Señor— convertíos a mí de todo corazón con ayuno, con llanto, con luto. Rasgad los corazones y no las vestiduras; convertíos al Señor, Dios vuestro, porque es compasivo y misericordioso, lento a la cólera, rico en piedad; y se arrepiente de las amenazas.» Quizá se arrepienta y nos deje todavía su bendición, la ofrenda, la libación para el Señor, vuestro Dios. Tocad la trompeta en Sión, proclamad el ayuno, convocad la reunión. Congregad al pueblo, santificad la asamblea, reunid a los ancianos. Congregad a muchachos y niños de pecho. Salga el esposo de la alcoba, la esposa del tálamo. Entre el atrio y el altar lloren los sacerdotes, ministros del Señor, y digan: —«Perdona, Señor, a tu pueblo; no entregues tu heredad al oprobio, no la dominen los gentiles; no se diga entre las naciones: ¿Dónde está su Dios? El Señor tenga celos por su tierra, y perdone a su pueblo.»
Palabra de Dios.
 
 
Salmo responsorial: Sal 50, 3-4. 5-6a. 12-13. 14 y 17 (R/.: cf. 3a)
 
R/. Misericordia, Señor: hemos pecado.
 
Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado. R/..
 
Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti sólo pequé,
cometí la maldad que aborreces. R/.
 
Oh Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu. R/.
 
Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso.
Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza. R/.
 
Graduale: Miserere mei Deus
MIserére * mei Deus, miserére mei : quóniam in te confídit ánima mea.
V/. Misit de caelo, et liberávit me : dedit in oppróbrium conculcántes * me.
gr miserere mei deus solesmes
 
 
 
Segunda Lectura:
Reconciliaos con Dios: ahora es tiempo favorable
 
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 5, 20 -- 6, 2
Hermanos:
Nosotros actuamos como enviados de Cristo, y es como si Dios mismo os exhortara por nuestro medio. En nombre de Cristo os pedimos que os reconciliéis con Dios. Al que no había pecado Dios lo hizo expiación por nuestro pecado, para que nosotros, unidos a él, recibamos la justificación de Dios. Secundando su obra, os exhortamos a no echar en saco roto la gracia de Dios, porque él dice: «En tiempo favorable te escuché, en día de salvación vine en tu ayuda»; pues mirad, ahora es tiempo favorable, ahora es día de salvación.
Palabra de Dios.
 
 
Tractus: Domine non secundum
DOmine, * non secúndum peccáta nostra, quae fécimus nos : neque secúndum iniquitátes nostras retríbuas nobis.
V/. Dómine, ne memíneris iniquitátum nostrárum antiquárum : cito antícipent nos misericórdiae tuae, quia páuperes facti sumus nimis.
V/. Hic genuflectitur. Adjuva nos, Deus salutáris noster : et propter glóriam nóminis tui, Dómine, líbera nos : et propítius esto peccátis nostris, propter nomen * tuum.
tr domine non secundum solesmes
 
 
Versículo antes del evangelio: Sal 94, 8ab
No endurezcáis hoy vuestro corazón; escuchad la voz del Señor.
 
 
Evangelio:
Tu Padre, que ve en lo secreto, te lo pagará

Lectura del santo evangelio según san Mateo 6, 1-6. 16-18
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
—«Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario, no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial. Por tanto, cuando hagas limosna, no vayas tocando la trompeta por delante, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; os aseguro que ya han recibido su paga. Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo pagará. Cuando recéis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta rezar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vea la gente. Os aseguro que ya han recibido su paga. Tú, cuando vayas a rezar, entra en tu aposento, cierra la puerta y reza a tu Padre, que está en lo escondido, y tu Padre, que ve en lo escondido, te lo pagará. Cuando ayunéis, no andéis cabizbajos, como los hipócritas que desfiguran su cara para hacer ver a la gente que ayunan. Os aseguro que ya han recibido su paga. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no la gente, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará.»
Palabra del Señor.
 
Bendición e imposición de la ceniza:
Después de la homilía, el sacerdote, de pie, dice con las manos juntas:
 
Con actitud humilde oremos, hermanos, a Dios nuestro Padre,
para que se digne bendecir con su gracia estas cenizas que vamos
a imponer en nuestras cabezas en señal de penitencia.
Y, después de una breve oración en silencio. prosigue:
Oh Dios, que te dejas vencer por el que se humilla
y encuentras agrado en quien expía sus pecados,
escucha benignamente nuestras súplicas
y derrama la gracia + de tu bendición
sobre estos siervos tuyos
que van a recibir la ceniza,
para que, fieles a las prácticas cuaresmales,
puedan llegar, con el corazón limpio,
a la celebración del misterio pascual de tu Hijo.
Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
R/. Amén.
 
O bien:
Oh Dios, que no quieres la muerte del pecador,
sino su arrepentimiento,
escucha con bondad nuestras súplicas
y dígnate bendecir + esta ceniza
que vamos a imponer sobre nuestra cabeza:
y porque sabemos que somos polvo
y al polvo hemos de volver,
concédenos, por medio de las prácticas cuaresmales,
el perdón de los pecados;
así podremos alcanzar,
a imagen de tu Hijo resucitado,
la vida nueva de tu reino.
Por Jesucristo nuestro Señor.
R/. Amén.
 
Y rocía con agua bendita las cenizas, sin decir nada.
Seguidamente, el sacerdote impone la ceniza a todos los presentes que se acercan hasta él; a cada uno le dice:
 
Convertíos y creed el Evangelio. Mc 1, 15
O bien:
Acuérdate de que eres polvo y al polvo volverás. Cf. Gn 3, 19
 
Mientras tanto se canta:
 
Antífona: (Cf. Jl 2, 13)
Cambiemos nuestro vestido por la ceniza y el cilicio; ayunemos y lloremos
delante del Señor, porque nuestro Dios es compasivo y misericordioso
para perdonar nuestros pecados.
 
Otra antífona: (JI 2, 17; Est 13, 17)
Entre el atrio y el altar lloren los sacerdotes, ministros del Señor, diciendo:
Perdona, Señor, perdona a tu pueblo, no cierres la boca de los que te alaban.
 
Otra antífona: (Sal 50, 3)
Borra mi culpa, Señor.
Puede repetirse después de cada uno de los versículos del salmo 50. Misericordia, Dios mío.
 
Responsorio: (Cf. Ba 3, 2; Sal 78, 9)
Corrijamos aquello que por ignorancia hemos cometido, no sea que,
sorprendidos por el día de la muerte, busquemos, sm poder encontrarlo,
el tiempo de hacer penitencia.
* Escúchanos, Señor, y ten piedad, porque hemos pecado contra ti.
V/. Socórrenos, Dios salvador nuestro; por el honor de tu nombre, líbranos, Señor.
* Escúchanos, Señor, y ten piedad, porque hemos pecado contra ti.
 
Puede cantarse también otro canto apropiado.
 
Acabada la imposición de la ceniza, el sacerdote se lava las manos;
el rito se concluye con la oración universal u oración de los fieles.
No se dice Credo.
 
Oracion sobre las ofrendas:
Al ofrecerte este sacrificio que inaugura la Cuaresma
te pedimos, Señor,
que nuestras obras de caridad
y nuestras penitencias
nos ayuden al dominio de nosotros mismos,
para que, limpios de pecado,
merezcamos celebrar piadosamente
los misterios de la pasión de tu Hijo.
Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
 
Prefacio III o IV de Cuaresma
 
Offertorium: Exaltabo te
EXaltábo te * Dómine, quóniam suscepísti me, nec delectásti inimícos meos super me : Dómine clamávi ad te, et sanásti me.
of exaltabo te solesmes
 
 
Antífona de comunión: (Sal 1, 2-3)
El que medita la ley del Señor día y noche da fruto en su sazón.

Communio: Qui meditabitur
QUI meditábitur * in lege Dómini die ac nocte, dabit fructum suum in témpore suo.
 co qui meditabitur solesmes
 
 
Oración después de la comunión:
Señor, estos sacramentos que hemos recibido
hagan nuestros ayunos agradables a tus oj os
y obren como remedio saludable
de todos nuestros males.
Por Jesucristo nuestro Señor.
 
 
La bendición e imposición de la ceniza se puede hacer también fuera de la misa.
En este caso es recomendable que preceda una liturgia de la palabra, utilizando
la antífona de entrada, la oración colecta, las lecturas con sus cantos, como en la
misa. Sigue después la homilía y la bendición e imposición de la ceniza. El rito
concluye con la oración upiversal.
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